"Hay muchísimos ejemplos y muy claros, que todo el mundo conoce: Tocando el viento, La Furgoneta, Mi hermosa Lavandería, Full Monty, Quiero ser como Beckham, Billy Elliot y un largo sinfín. Películas británicas que han sabido explicar la cruda realidad social de su país, lejos de la militancia de un Ken Loach, sus miserias y conflictos bajo el paragua del humor, la socarronería y esa visión optimista y connatural al espíritu anglosajón.
Pride es un nuevo ejemplo que se desarrolla sobre uno de los conflictos más icónicos de la sociedad inglesa de las últimas décadas: la asfixiante e intransigente política de Margaret Thatcher que amenazaba con ahogar a los miles de trabajadores de las minas británicas (y luego le hacen el biopic que le hicieron a la dirigente conservadora -impresentable- por mucho que estuviera Meryl Streep). Un tema, el de las largas huelgas mineras, al que el cine inglés recurre una y otra vez, como si la herida no se hubiera cerrado del todo.
Pride, como decíamos, encarna a esa entrañable comedia social británica, que reivindica y hace reír, que explora las injusticias y los dramas personales y familiares y, al mismo tiempo, se aleja del dolor para ofrecer una visión menos desencantada y más ligera.
La lucha de los mineros se une, en este gracioso film, al de los homosexuales que tenían que superar aún la incomprensión y la cerrazón de una sociedad anclada en valores antiguos. Ambos colectivos se necesitan: los mineros apoyo y dinero para hacer frente a las huelgas y el colectivo gay la visibilidad y normalización de cara a la sociedad."
Fuente: cineralia.com